Es importante identificar
que la definición que hoy conocemos como Discapacidad Intelectual, no siempre
ha sido denominada así, en el año de 1992
la Asociación Americana sobre el Retraso Mental, analizo y propuso que se cambiara el término retraso
mental ya que se consideraba como un rasgo característico que tenía el sujeto. Planteándolo
como una interacción de la persona y el contexto, de igual forma se buscaba
optimizar las prácticas para realizar diagnósticos, clasificaciones y el
planificar apoyos de intervención.
Así mismo cabe mencionar que
el modelo que se presento en este momento, recibió críticas lo que le permitió,
realizar cambios significativos para el modelo 2002, pues no solo tuvo cambios
en la terminología si no la manera en la que se determinaba abarcando, aspectos
personales, ambientales y no solo el Coeficiente Intelectual.
Para esto se basan en cinco
dimensiones que además de evaluar se diseñaron para crear estrategias:
Habilidad intelectual, representa el funcionamiento intelectual. Conducta
adaptativa, examinar su concepto y su ambiente. Participación, interacción y
roles sociales, se evalúa su rol social en relación a su vida cotidiana. Salud,
se analiza sus efectos de salud física y
mental sobre el funcionamiento de la persona. Por último el contexto donde se
describen las condiciones del ambiente y cultura donde se desenvuelve.
Hay que entender que fue de
gran relevancia el cambio que se dio en el concepto de discapacidad
intelectual, no solo en el término si no en las acciones que se determinaron
con el fin de crear y brindar un apoyo satisfactorio y funcional a cada
persona.
Bibliografía: “Análisis de
la definición de Discapacidad de Intelectual de la Asociación Americana sobre
el Retraso Mental 2002”
Autor: Miguel Ángel
Verdugo Alonso